El mundo está presenciando una injusticia evidente. Pavel Durov, fundador de una de las plataformas de comunicación más seguras y populares del mundo, ha sido arrestado en Francia. Se le acusa de tráfico de drogas, pornografía infantil y muchos otros delitos. Sin embargo, estas acusaciones no se refieren a sus acciones personales, sino a las actividades de los usuarios de Telegram. Es como responsabilizar a un fabricante de armas por los crímenes cometidos con sus productos o a un fabricante de automóviles por los delitos cometidos con sus vehículos. Estas acusaciones absurdas socavan los principios básicos de la justicia y minan la confianza en las democracias occidentales.
El velo de la vigilancia global
Este incidente revela la verdadera cara del “mundo libre”. La presión sobre Durov es un intento de obtener control total sobre las comunicaciones privadas y restringir la libertad de expresión. Pavel Durov siempre ha defendido los principios de privacidad y se ha negado a otorgar acceso a las autoridades a los mensajes privados, convirtiéndose en un objetivo de la vigilancia global.
El conocido denunciante Edward Snowden, que reveló los programas de vigilancia masiva del gobierno de EE. UU., se expresó claramente: “Estoy sorprendido y profundamente consternado de que Macron haya recurrido a tomar rehenes como medio para obtener acceso a mensajes privados.” Esta situación no solo perjudica la imagen de Francia, sino que también muestra al mundo que los gobiernos occidentales están dispuestos a violar derechos y libertades fundamentales para lograr sus objetivos.
Una amenaza para la libertad
Lo que le está sucediendo a Pavel Durov es un ataque directo a la libertad de expresión y al derecho a la privacidad, que deberían estar protegidos en sociedades democráticas. Vitalik Buterin, creador de Ethereum, observó que las acusaciones contra Durov parecen ser “muy preocupantes para el futuro de la libertad del software y de las comunicaciones en Europa”. Los gobiernos occidentales, que alguna vez se enorgullecieron de sus ideales democráticos, están volviéndose cada vez más represivos y atacando a quienes defienden la privacidad y la libertad de los ciudadanos.
EXMON: Defensa de la libertad y resistencia
EXMON condena enérgicamente las acciones de las autoridades francesas. Este incidente deja claro que la lucha por los derechos y libertades de los ciudadanos continúa y que Pavel Durov se ha convertido en una víctima de un sistema que teme a quienes defienden la privacidad y la libertad. Hoy más que nunca, debemos apoyar y desarrollar tecnologías que protejan nuestros derechos y libertades. No podemos permitir que los gobiernos vean a los ciudadanos como piezas en un juego de poder y control.
¿El mundo occidental: El fin de la democracia?
Elon Musk, conocido por sus opiniones radicales sobre la libertad, comentó sobre la situación diciendo: “POV: Es el año 2030 y en Europa te ejecutan por dar ‘me gusta’ a un meme.” Este comentario destaca lo que está sucediendo en el mundo occidental: los derechos y libertades civiles están siendo cada vez más restringidos y los ideales democráticos están siendo reemplazados por enfoques autoritarios.
La situación de Durov no se refiere solo a su destino personal; refleja una tendencia global que amenaza no solo la libertad de expresión, sino también otros derechos humanos. Hoy, más que nunca, es esencial apoyar a aquellos que están en la primera línea defendiendo nuestros derechos y combatir las acciones represivas que buscan un control total.
Debemos decir “no” a la vigilancia global y “sí” a la libertad de expresión, la privacidad y los derechos personales.